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Cómo empezó todo…

Desde muy niña soñé con convertirme en una mujer independiente y autosuficiente. Para ello hice todo lo que se esperaba de mí. Fui buena estudiante, siempre saqué buenas notas y llegado el momento me licencié en Químicas. Incluso antes de licenciarme ya me ofrecieron un trabajo como investigadora en la universidad. Por supuesto, me pareció una gran oportunidad que afronté con mucha ilusión. Fueron tiempos bonitos en los que, incrédula de mí, pensaba que ya había encontrado mi camino, que tal y como esta sociedad me prometió empezaba a recoger los frutos de tanto esfuerzo y sacrificio. Pasó el tiempo y todo parecía ir sobre ruedas. Llegó la crisis a este país y después de varios años trabajando me concedieron una beca por cuatro años más. Qué afortunada soy!!- pensaba yo- dentro de cuatro años ya habremos salido de la crisis y volveré a tener nuevas oportunidades.  Pero eso no pasó, esta crisis que está resultando eterna, no sólo no pasó, sino que fue empeorando hasta el punto de que cuando ya estaba finalizando mi beca tenía totalmente claro que ya no había continuidad en la universidad a no ser que me fuera al extranjero, y claro tenía  también que fuera de ella sólo me esperaban empresas ávidas de gente formada como yo pero solo para explotarnos con horarios interminables y sueldos mileuristas. Y fue entonces cuando llegó el gran milagro!!

Creo que llevaba toda la vida reprimiendo mi instinto maternal y cuando por fin sucedió mi vida dio un giro de 180º. Aquella mañana en la que descubrí que estaba embarazada los problemas perdieron su importancia y simplemente me dejé llevar. De repente sentí que todo había salido a pedir de boca, que no podía llegar en mejor momento, que coincidiendo más o menos con su nacimiento terminaría mi contrato y eso me permitiría estar con mi hijo a tiempo completo. Me sentí la más afortunada, una gran privilegiada. Y ésta es la primera parte de mi historia.

Adán llegó un 30 de junio y el tiempo se paró para mí. Me dediqué a mi pequeño y a mi familia a tiempo completo y fui feliz. He criado a mi hijo con amor y apego, he hecho todo lo que he creído mejor para su desarrollo. En este punto, cuando Adán tenía pocos meses, conocí a las «Mamás que Miman». Desde el principio me sentí cómoda con aquellas mujeres que compartían conmigo sus métodos de crianza y sus vivencias, y poco a poco, casi sin darme cuenta, me convertí en una de ellas. Por aquella época, yo que empezaba a tener mono de laboratorio, de cacharrear, de experimentar, de crear… empecé a elaborar Cosmética Natural en mi casa. Al principio la probaron mis amigos y familiares y poco a poco, a través del boca a boca se empezó a abrir el círculo. En poco tiempo mi casa se llenó de jabones, aceites, cremas, ungüentos y mil potingues que llenaban el ambiente de aroma. Y entonces apareció Palma. 
Palma también era una «Mamá que mima». Aunque era profesora de historia y el curso anterior lo había trabajado entero, con los recientes recortes, llevaba todo el curso sin trabajar. Empezó ocupándose de vender mis productos y poco a poco nos fuimos haciendo amigas. Un día surgió el tema, creo que en mi casa, y empezamos a soñar. Imaginábamos una tienda de Cosmética Natural con un taller artesano de fabricación propia. Y como los sueños no cuestan  nada, también imaginábamos introducir productos de crianza natural como fulares, mochilas ergonómicas, pañales de tela, etc. Imaginábamos un espacio donde las mamás pudieran hacer yoga, pilates y otras actividades compartiéndolas con sus hijos. Hablábamos de crear un negocio propio en el cual conciliar nuestra vida familiar y profesional, donde poder estar con nuestros hijos, con un horario flexible compaginado entre las dos… Y nos pusimos manos a la obra!! Algunas cosas no pudieron ser como imaginábamos, debido sobre todo a los infinitos impedimentos burocráticos y legales con los que una va tropezando por el camino, pero de todo aquello nació La Caléndula.
Aún recuerdo el día que a Palma se le ocurrió el nombre, paseando por el paseo marítimo con Susan Brix que con su inspiradora presencia nos ayudó a perfilar muchos detalles y que se convirtió en nuestra querídisima profesora de yoga. El nombre era ideal porque fusionaba las dos vertientes de la tienda, se trataba de una planta muy valorada por sus propiedades cosméticas y medicinales y a la vez, la planta empleada por excelencia en tratar la piel de los bebés. Vamos que cualquier madre relaciona rápidamente a la flor con la crianza de sus hijos.




Cuando Adán cumplió un añito, más o menos, dimos el pistoletazo de salida. Quedaban meses de mucho trabajo y esfuerzo. Encontrar un local, arreglarlo, calcular la inversión, …, y, por fin, el 13 de Septiembre de 2013 inauguramos La Caléndula. Hermosa fiesta de bienvenida con todos los honores y desde entonces, hasta hoy, la ilusión sigue siendo el mejor de los motores que nos ayuda a combatir las durezas de comenzar un negocio en tiempos de crisis. La ilusión que se transforma en ideas que, con nuestro entusiasmo y la ayuda de muchos, se convierten en proyectos y pasa el tiempo, una mira atrás y es con eso con lo que se queda. Como la odisea del calendario solidario de barrigas pintadas que pronto verá materializar su esfuerzo en forma de granito de arena y sonrisas para aquellos que más la necesitan.
 Como las innumerables reuniones y charlas de la mano de las Mamás que miman que tanto nos ayudan a las madres a sentirnos escuchadas, entendidas y comprendidas. Como los diversos cursos y talleres que con un motivo u otro acaban llenando nuestra trastienda de buena gente con buenas ilusiones, y es que es ese rodearnos de sentir humano el que no nos hace dudar, ni por un instante, de si este proyecto ha sido una idea acertada o no.


Somos plenamente conscientes de que aunque en los papeles aparezcamos como socias Palma y yo, hay mucha gente detrás sin la cual esto nunca hubiera sido posible (ni se haría posible día a día). Queremos que sepáis, aún sin decir nombres porque vosotras sabéis quiénes sois, que nos sentimos eternamente agradecidas por vuestra ayuda y por vuestra amistad.


                                                                                                     
                                                          Nos vemos por la Trastienda!!!


4 ideas sobre “Cómo empezó todo…”

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